Radio Enlace 107.5 FM - ARENA en concierto
 
La banda . La crónica . Los teloneros . El concierto . La sala maldita . Conclusiones
               
             
        7 octubre 2000    
          20:00 h    
          Sala ARENA    
               
          Ver tamaño bestia    
               
          NEOPROGRESIVO    
          Teloneros PAIN OF SALVATION    
             
             
         

La banda

ARENA es un quinteto británico coliderado por el ex batería de Marillion, Mike Pointer y el teclista de Pendragon y Shadowland, Clive Nolan. Completan la banda el cantante Rob Sowden, que aparece por primera vez en el último trabajo del grupo, el bajista Ian Salmon que sustituye al anterior bajista John Jowitt que ha vuelto a su grupo original IQ y el guitarrista Johny Mitchell.

Nacidos directamente de la escisión de Marillion debutaron con su sorprendente Songs from the lions cage en el año 1995, muy valorado por la crítica. Siguió su trabajo Pride (1996) en el que profundizaban en la consecución de un sonido propio y que contenía temas comunes con el primer trabajo. Su tercer trabajo apareció tras un disco de remezclas y un directo. Se llamaba The Visitor (1998) y supuso la confirmación de la banda como una de las más potentes y con mejor sonido del panorama progresivo. Hace un par de meses aparecía su cuarto y último trabajo hasta el momento, Inmortal?, que continúa la línea sonora y conceptual iniciada en el anterior y que es el que presentan en su gira europea del 2000.

Su música hereda el estilo del antiguo Marillion y las estructuras del rock sinfónico más clásico, recordándonos en ocasiones las geniales guitarras de los mismísimos Pink Floyd, pero a lo largo de estos 4 trabajos han conseguido crear un sonido propio, renovado y actual. La gira INMORTAL TOUR 2000 comenzó el 27 de septiembre en el London Astoria de Londres y terminó un mes después en Suiza después de pasar por Francia, Holanda, España y, especialmente, Alemania, donde, junto con Inglaterra, son auténticamente venerados, realizando 8 conciertos a lo largo y ancho de ese país.

 

   
 
A lo grande
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La crónica

Lo que en otro tiempo resultara la más estimulante música que imaginarse pueda, el rock sinfónico, capaz de llenar enormes recintos y despertar pasiones ocultas y desconocidas, se ha convertido hoy en un estilo casi de culto, cuya práctica, una osadía, es seguida con la misma pasión, pero no por la misma legión. La legión existe, pero es, sin duda, bastante menos numerosa.

Pero para que el ánimo y la fiesta no decaigan, no es raro encontarse, a poco que se escarbe, con multitud de grupos que, con la moral alta y el futuro incierto, insisten en perpetuar con mayor o menor acierto el viejo y ya caduco universo progresivo.

Como siempre, es la selección natural la que permite que, afortunadamente, sobrevivan los más "fuertes" o, como en este caso, los más audaces y "originales". Así tenemos la suerte de topar con uno de esos grupos que junto con otros pocos contados con los dedos de la mano, han conseguido destacar del resto mostrándonos ahora en los 00 una cara cuanto menos algo más actualizada de lo que se hacía en los 70.

Nos referimos al quinteto británico ARENA que, recién estrenado su cuarto trabajo IMMORTAL?, han tenido el extraño capricho de desplazarse hasta estas tierras olvidadas del sur de Europa para presentar este trabajo en directo en dos únicos conciertos en España, uno en Barcelona y el otro en Madrid.

Este último es el que organizó RADIO ENLACE y, aunque el resultado no fue tan bueno como se esperaba, también tuvo, cómo no, sus aciertos. Si todavía estás interesad@, continúa leyendo para descubrir las luces y las sombras de este concierto.

 

 
   
Pointer. Mitchel y Nolan, de entrevistas para la radio
 
A lo grande
Aquí se piensan la respuesta ¿no?
 
A lo grande
El entrevistador, de lo más atento
               
         
   
             
             
         

Los teloneros

El concierto comenzó a las 8 de la tarde con la actuación de uno de los grupos más prometedores del nuevo HARD PROG o METAL PROGRESIVO, los suecos PAIN OF SALVATION, quinteto que demostró, además de un gran sentido del humor, unas enormes ganas de agradar, pues su líder -guitarra y voz- sufrió la tarde anterior en Barcelona una aparatosa caída con un patinete de inclinaciones asesinas que le supuso la rotura de 3 dedos de la mano y esto no impidió que decidiesen actuar -sin esa guitarra, por supuesto- El público catalán de la noche anterior no tuvo esa suerte. Inolvidable la imagen de un David Gildenlow escayolado hasta el codo con el micro en la otra mano y meneando todo su cuerpo con evidentes signos de dolor al ritmo de una música nada complaciente y desde luego, muy enérgica.

 

   
A lo grande
¿quienes son de la banda y quienes de la radio?
 
 
               
         
Para ver en grande
   
         
Anuncio del concierto aparecido en la revista BAD
   
             
             
   
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El concierto

A continuación y de acuerdo con el horario previsto, o sea, a las 21:00, salieron a escena el señor Mick Pointer, el batería que dejara la banda Marillion allá por los primeros 90 para coliderar este nuevo proyecto junto con otro clásico del género, el señor Clive Nolan, teclista magnífico e hiperactivo -Pendragon, Shadowland, Jabberwocky, Ayreon o Strangers on a train- Les acompañaban el guitarrista ya habitual John Mitchell y una nueva adquisición, Ian Salmon, el antiguo bajista de Shadowland. Ya desde que se posicionaron como pudieron sobre el minúsculo escenario demostraron que estaban dispuestos a dar un gran espectáculo hubiese quien hubiese.

Y así fue. Tras los acordes iniciales y poderosos del tema Chosen que abre su último trabajo, entró en escena el quinto elemento, lo que podríamos llamar la sorpresa de la noche y que también supone una nueva incorporación, esperamos que ya definitiva, en la estructura de la banda: Mr Rob Sowden, voz y alma del espectáculo conceptual IMMORTAL? Un físico extraño e imponente, alto y delgado, muy delgado, es el soporte perfecto para un hombre que desde su aparición hasta su desaparición nos sorprendió con un inacabable catálogo de gestos, muecas, miradas y magia. Histriónico a veces, con movimientos sutilmente imperceptibles medidos con exquisita precisión, coreografió de principio a fin un espectáculo en el que nada estaba allí por casualidad. Desde su puesta en escena inicial en la que, totalmente de negro, gafas oscuras, representó a un metálico robot cibernético que se adueñaba del micro, hasta los últimos giros, brazos en cruz y mirada perdida, en los que parecía levitar, lució, para enriquecimiento del espectáculo, todo tipo de camisas de colores, chaqués negros, capas brillantes y demás cosas raras que se os ocurran. Entre canción y canción un asistente, cuya única misión era esa, iba ayudándole en sus cambios de atuendo. Esta claro que este nuevo cantante ha sabido captar la filosofía de esta banda que no se limita a hacer música sino que quiere, además, contar historias. La voz, imponente, como la de su predecesor en el cargo en los anteriores trabajos de la banda.

Si a este espectáculo visual le sumamos lo que aporta un Clive Nolan, físicamente enorme, con una capa larga, amplia, brillante, en el más puro estilo Wakeman, saltando como un colegial con pasmosa agilidad entre su parapeto de teclados -con evidentes síntomas de disfrute personal- más el buen hacer de un veterano del género, como es la batería eficacísima del señor Pointer -con alto índice de satisfacción personal en la sangre- más los vistosos duelos hombro con hombro del dúo Salmon-Mitchell, a los que se les nota que llevan más de un partido jugando en el mismo equipo, se obtiene un conjunto que en algunos momentos alcanzó la categoría de grandioso.

El repertorio, sabia y equilibradamente elegido, tuvo concesiones a su pasado -3 discos antes de este desde el año 95- con temas como Jericho, The Visitor o su celebrado y enorme bis Solomon, y a lo que venían a presentar, su Immortal?, con los temas The Butterfly Man, el tremendo e impresionante Moviedrome o el ya mencionado Chosen.

En fin, una noche que tuvo momentos gloriosos, como decíamos, pero noche que -hemos de reconocer en justicia- no pasa a la categoría de histórica. Una serie de problemas que nos llevan a ese "lado oscuro" que decíamos antes impidieron tristemente que así fuera. Pasemos a esa página desconocida por la gente, pero necesaria.

 

   
El "astronauta" Pointer aporreando la batería
 
A lo grande
Clive Nolan tecleando
 
A lo grande
Batalla Mitchell-Salmon bajo la atenta mirada de Nolan
 
A lo grande
Rob Sowden al natural
 
 
               
         
Para ver en grande
   
         
Identificativos para el personal de Radio Enlace
   
             
             
   
A lo grande
   

La sala maldita

En primer lugar queremos señalar que, a pesar de estar ante una puesta en escena que parecía sin duda cuidada, el apartado de luces quedaba, aunque correcto, pobre. De hecho, visto desde fuera tan sólo se podían observar luces dentro del propio escenario. El resto de la sala permanecía en absoluta oscuridad. Algo chocante realmente. Pues bien, existe una explicación: el grupo ARENA vino acompañado de un equipo de luces acorde con lo deseado. De hecho solicitaron un técnico de luces a primera hora, pues el montaje -decían- requería su tiempo. Durante el montaje de las mismas se rompió parte del carro que soportaba las luces superiores, pero el personal de la sala nos aseguró que no había problema, pues las luces se proyectarían desde otro cañón posterior. Cual no sería nuestra sorpresa al ver que durante el concierto la luz brillaba por su ausencia. Única explicación: el otro cañón se ha roto al intentar tirar del primero. Así pues, el público asistente tan sólo disfrutó del 50% de las luces previstas sin que la organización supiera tan siquiera que iba a ser así.

El siguiente eslabón del desatino estuvo en el apartado técnico. Afortunadamente el sonido resultó razonablemente bueno y potente, en general. Pero no fue así durante todo el tiempo. Hubo momentos en que, por ejemplo, la voz de Sowden apenas se oía, o veces en que el conjunto de instrumentos se entremezclaba de forma ensordecedora. Eso podría ser comprensible, pues a veces pasa. Lo que no parece tan aceptable es la actitud desidiosa de los técnicos, cuya única respuesta a estos problemas era un pobre "a mí me suena bien" acompañado de un castizo giro de cabeza hacia otro lado. Un poco triste, sinceramente.

Y el último episodio del desconcierto achacable a la precaria sala, que demostró claramente que sus intereses no están en la organización de estos eventos sino en su superdiscoteca nocturna, se produjo al final. Tras el primer y espectacular bis de cuarto de hora, y a falta de 20 minutos para alcanzar la hora tope que teníamos contratada, las 23:30, los músicos, satisfechos, se retiran y toman aire para enfilar el último bis, el clásico Crying for help en dos de sus 7 versiones existentes. Pues, ¡sorpresa!, nada más desaparecer del escenario se encienden a toda velocidad las luces de la sala y comienza a sonar atronadoramente el Rosanne de Police. La cara de los músicos, un poema; la explicación de la sala, "Como se abrazaban, pensamos que habían terminado, y como tenemos que arreglar las luces para abrir la discoteca….". La gente tuvo que salir de allí disparada No hay palabras para tamaña falta de todo. Sólo podemos gritar en voz alta y clara SI ORGANIZÁIS CONCIERTOS, NO LO HAGÁIS EN LA SALA ARENA, y si vaís a ver conciertos OJO A LO QUE OS PUEDE SUCEDER SI VÁIS A LA SALA ARENA.

 

   
productos nacionales, primeras marcas, por supuesto
 
A lo grande
el servicio, profesional, claro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
               
         
Para ver en grande
   
         
Cartel promocional del concierto
   
             
             
   
A lo grande
   

Conclusiones

Pero hay un capítulo, el último ya por fin, que resultó realmente el más triste de todos. No es achacable a la sala sino a algo intangible e inexplicable, pero supuso un duro golpe para todos los que habíamos trabajado con tanta ilusión en los preparativos. ARENA es una banda razonablemente conocida en el mundillo del rock progresivo, que vino a Madrid con un enorme autobús, en el que duermen y viajan durante toda una gira que les lleva, además de por España, por Francia, Inglaterra, Suiza o Alemania. El equipo de gente que viene es de 16 personas, abundante sin duda, pero necesario para llevar a buen término un espectáculo que, teloneros incluídos, ronda las 4 horas. Todo esto parece atractivo y motivante. Pues bien, ese sábado en la sala Arena el número total de personas que estaban ávidas de buena música era de 150, cantidad claramente insuficientemente para sacar adelante una organización de este tipo.

No estamos capacitados para analizar las causas de ésto -el fútbol (España-Israel jugaban en ese momento), la hora (quizás muy temprano), los múltiples conciertos de octubre (Camel, semanas antes, Deep Purple, semanas después)- pero una de ellas, sin duda la más importante, es la que apuntábamos al principio: la legión de seguidores del rock progresivo en general, y del neo-prog que practica esta banda inglesa en particular, es bastante menos numerosa que antes. Pero damos fe de que aunque escasa, es absolutamente apasionada, como se pudo ver en la total entrega que los pocos asistentes mostraron hacia la banda. Preguntad sino al señor Pointer quienes son "the most noisy crowd" -"la más ruidosa multitud".

Este deporte de riesgo en que a veces se convierte la música tanto para los propios músicos como para aquellos que les organizan los conciertos vivió el pasado 7 de octubre otro de esos partidos de resultado incierto. El estadio estaba medio vacío, pero el juego exhibido era ilusionante. Y al fin y al cabo eso es lo importante ¿no?. Pues eso, que este deporte musical que tanto nos apasiona no se extinga. Y como buenos jugadores hay ….. sólo falta que nos construyan buenos campos para practicarlo.

 

   
¿y el público? extasiado, cómo si no
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
         

Paco López y Luis Berreiros

   
          Madrid, 20 octubre 2000    
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