escribió
“When Empires Burn”, con el que
hizo un gran trabajo. Para esta ocasión él tampoco
estaba disponible, así que les pedí a los chicos
de una banda de por aquí, que se llaman Lost Weekend,
que me escribieran algo, a lo que se sumó mi guitarrista
Vince O’Regan, quien quería unirse. Entre
los tres prepararon un montón de canciones de las que
elegí doce. Hubo algunas que desestimé simplemente
porque no me parecían
apropiadas para mi forma de cantar, pero las que hemos grabado
creo que quedan muy bien juntas. Para el próximo
disco ya veremos. Ésta vez la compañía
no ha intervenido demasiado en estas decisiones, pero quizás
para el próximo me propongan algo. Entonces ya lo discutiremos.
RLL.-
Contigo
siempre me hago una pregunta ¿Porqué siendo un
cantante con tanta experiencia, nunca has decidido escribir
tus propias canciones?
BC.-
No, no, no (risas).
No lo sé... . Nunca lo he intentado. Nunca me he visto
forzado a hacerlo. En Magnum, Tony Clarkin
siempre ha compuesto las canciones, y yo las he cantado. Quizás
he podido intervenir en cuanto a su dirección. Las canciones
tienen que estar hechas para mi timbre de voz, sino simplemente
no las usamos. He tenido la suerte de trabajar siempre con compositores
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que
hacen ese trabajo mucho mejor de lo que yo jamás podría
haber hecho. Yo dejo que lo hagan
para mí, y no me importa, siempre y cuando pueda dejar
mi impronta en las canciones. Por ejemplo éste está
co-producido entre Vince O’Regan y yo. Decido
hacia donde tiene que ir la canción, cambio una palabra
aquí o allá si pienso que puede quedar mejor,
rearreglo la canción, la acorto, la alargo... . En fin,
decido hacia donde se dirige y cómo va a terminar siendo
el álbum. Puede que no sepa escribir canciones, pero
sé reconocer cuando una canción es buena, y creo
que sé hacerla funcionar. Puedo ayudar a decir “intenta
ésto o aquello”, así que al final tengo
mucha influencia en su confección, las hago mías
sin haberlas escrito.
RLL.-
Tú
siempre has estado relacionado con el Hard más o menos
melódico o a veces sinfónico. ¿Nunca te
has planteado hacer algo totalmente diferente?.
BC.-
Hice Rock Progresivo en plan ópera con
Clive Nolan (Arena) y Oliver Wakeman. Era
algo muy serio, con muchos personajes. Luego hice otro también
con Tobias Sammet (Edguy). Así que he intentado
otras cosas, fuera del puro Hard Rock. Creo que podría
expandirme a otros estilos. A lo mejor cantar Opera propiamente
dicha como Pavaroti
|
(risas).
Soy un gran admirador suyo. Si te refieres algo de verdad completamente
distinto, sólo te puedo decir que la verdad es que no
me interesa el Jazz o el Folk, no me
veo haciendo esos estilos. Tiene que ser Rock,
tiene que tener agallas, tengo que oír guitarras. Puede
ser Rock operístico o Rock sinfónico pero al fin
y al cabo Rock. Soy feliz haciendo lo que hago, aunque no me
dan miedo los retos.
RLL.-
Eres
un vocalista realmente personal y distinto. Es difícil
entrever las influencias que pudiste tener como cantante al
comienzo de tu carrera. ¿Cuáles fueron?
BC.-
Uff, tú
te refieres allá por el final de los sesenta, cuando
yo era joven. No pienso mucho en ello, pero supongo que Mick
Jagger fue muy influyente para mí. La verdad es
que también me gustaba Elvis Presley, tenía
una gran voz. Jagger nunca ha sido un cantante excepcional,
pero como showman es inmenso, y verle a él sobre un escenario
fue lo que en realidad me motivó para querer meterme
en una banda sin necesitar ser tan bueno como Elvis.
Luego vendrían Steve Perry, Ronnie James Dio, Paul
Rodgers, Freddy Mercury… Siempre intenté escuchar
y extraer las cosas buenas de cada uno, y mezclarlas. Corazón
y alma, eso es lo que me atrae. Los cantantes que cantan con
emoción, con convicción y poder, pero de forma
natural. Es lo que intento hacer
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