Bueno, eso suena bien, pero el caso es que el único
disco de Pink Floyd que jamás haya escuchado es el
“The Wall”. Realmente me encanta ese disco, pero
evidentemente no por ello voy a decir que soy un fanático
de Pink Floyd. Cada vez que escucho un disco ó una
canción de Pink Floyd, realmente me gusta. Yo no sé
porque soy así, pero siempre he sido así. Escucho
un montón de artistas y pienso, “¡Ah
eso es increíble!”, y una vez acabado, nunca
termino escuchando el resto de su repertorio. No sé
porqué. Probablemente es porque tengo tan presente
la música que a veces quiero aislarme en ese sentido.
Hoy en día hay música en todas partes, en televisión,
en radio. Todo el tiempo con la misma transición de
acordes. Las mismas melodías continuamente. Música
antes y después de cada uno de los programas televisivos,
y a mitad de estos programas la música de los anuncios.
Hoy en día incluso en las tiendas, en los supermercados
encuentras música, la cual normalmente es también
terrible.
Recuerdo
cuando íbamos de gira con los Flower Kings. Estábamos
en Bélgica y una tienda tenía unos enormes altavoces
en la misma calle, de tal manera que la podías escuchar
a lo largo de dos o tres manzanas. Es algo que ocurre mucho
en Bélgica, algo así como tener una emisora
de radio en toda la ciudad. Resulta extraño y raro.
Entonces es cuando siento que es suficiente, que simplemente
quiero silencio.