SALA SIT (La Cara Oculta de la Luna)
     
miércoles, 15 diciembre 2004
     
23:00 h
     
Entrada 5 € (incluye HYDRA gratis)
       
       
     
October Equus, un regalo de Navidad anticipado en MADRID
   
 
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Jose F. García Araujo
 
Angel Ontalva
 
 
Jose F. García Araujo
Diciembre 04
 
Dicen que la Navidad es tiempo de esperanza: Papá Noel, los Reyes Magos y, para los más descreídos, o sea, casi todos, la lotería. Todos esperan –o esperamos secretamente- recibir algún regalo o, al menos, alguna sorpresa. Y así, como regalo y grata sorpresa puede considerarse, creo yo, el concierto de presentación de October Equus del pasado 15 de diciembre.

He de decir que algunos afortunados disponíamos desde unos días atrás de la maqueta del grupo, por lo que la sorpresa era relativa. No así las expectativas abiertas tras la audición del cd. Hydra, que así se llama este trabajo. Hydra es, en mi modesta opinión, la espectacular y arriesgada apuesta de unos excelentes músicos por poner del revés el estancado y a menudo previsible mundillo del progresivo en esta provinciana ciudad con vocación cosmopolita. Pero también es, siempre según mi subjetivo criterio, lo mejor de lo hecho aquí que mis castigados oídos han escuchado en mucho tiempo. Ángel Ontalva, guitarrista del grupo, comentaba en su presentación que tal vez la música que iban a ofrecernos era “extraña o, al menos, rara”. No puedo estar más de acuerdo con él: “extraña” porque causa extrañeza que, en estos castigados pagos nuestros, haya aún gente con ánimo de innovar, de crear, de, en una recurrente palabra, progresar. Y progresar por caminos poco transitados que, además, suelen ser los más inhóspitos y difíciles. Y, por otra parte, “rara” en el sentido de única y especial, o sea, distinta. Pero no quiero decir con esto que October Equus haga una música inclasificable. Términos como rock en oposición (RIO) o referencias como King Crimson están presentes en su discurso musical, entre otros.

Pero vayamos al concierto en sí. Hydra es, según sus creadores, una obra conceptual y todos sus temas son instrumentales. El pulso narrativo lo lleva la guitarra tortuosa y a veces agónica, pero siempre descriptiva, de Ángel Ontalva, magníficamente acompañado por Amanda Pazos al bajo, Víctor Rodríguez en el teclado y Chema Fernández a la batería. Aunque la duración de la maqueta ronda los cuarenta minutos –suficientes para hacerse una idea-, en su presentación tocaron todos los temas que componen su primer trabajo, esto es, una hora larga pero que se hace corta, con un sonido compacto, sólido, de estructuras complejas aunque no repetitivas. En definitiva, que no puedo menos que aplaudir desde aquí el nacimiento de estos “caballos de octubre” y desearles la mayor de las suertes en el inminente lanzamiento discográfico de este primer trabajo, previsto, según parece, para principios de 2005.

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Angel Ontalva
Enero 05
 

Miércoles 15 de diciembre: debut del grupo OCTOBER EQUUS en el pub Sit. La banda comenzó su andadura en directo (si no contamos con los cuatro temas que interpretaron en Lamala algunos días antes) luchando con las consabidas contrariedades que afloran siempre o casi siempre en la noche de Madrid: local sin preparación ninguna, hostelero grosero y prepotente, limitación de tiempo y espacio, etc. No faltó nada. Sin embargo, la decisión de la banda de prescindir de técnicos ajenos y sonorización por parte de la sala se reveló como un acierto pleno: el sonido eléctrico de OCTOBER EQUUS llegó al público en estado puro, con todos los matices y riqueza tímbrica que suelen perderse al tamizar el sonido de la banda a través del equipo del local y las manos de un técnico inepto.

El grupo desarrolló su actuación en el mismo orden que tendrán los temas en el disco que esperan sacar al mercado en primavera de 2005, y que es similar, aunque con sustanciales variantes, al orden de la demo que se incluía en el precio de la entrada, 5 euros. Al ser este primer disco de corte 'conceptual', se pretende así mantener la integridad narrativa de la obra. Así, comenzaron con el tema Hydra, una introducción que resume en apenas 4 minutos varios de los aspectos musicales que conforman el estilo de la banda: polirritmias y ritmos cruzados, frecuentemente en amalgamas, figuras metronómicas que crean texturas armónicas evolutivas, durísimos riffs de bajo, casi arquetípicos, armonías extendidas de tipo contemporáneo y abundante uso del contrapunto, todo ello sustentado por un espectacular sonido eléctrico lleno de colorido que surge de la alta tecnología que maneja el conjunto.

A continuación se fue desgranando el repertorio del grupo, apoyado por una excelente respuesta del público: Lupus In Fabula, potente pieza en una línea emparentada con Henry Cow-National Health; Bigas, un tema trepidante de cerca de 10 minutos de duración donde el grupo desarrolla su faceta más repetitiva y textural; Sacrificio, cambiante y colorista, transcurriendo entre pasajes abstractos, tensiones contenidas y estallidos brutales; Reliqua Tempora, en la más pura línea R.I.O. tipo Cuneiform, conducido por una línea melódica de desgarrada belleza; Vestales, la vertiente más introspectiva de O E, repleta de juegos tímbricos y sonidos envolventes que desembocaron en una improvisación colectiva a tiempo lento, modal, extremadamente evocativa; Minus Nihilo, la pieza más enigmática y misteriosa de la banda, de nuevo textural y en matemático crescendo; La Cabeza Del Vencedor, rayando en el hard rock, aunque en una escritura que hace pensar en una fusión improbable entre King Crimson y Henry Cow, con ráfagas de improvisación libre y apuntes de electrónica; Final: En Una Pica, una pieza breve que, a modo de conclusión melancólica, retrotrae a Nino Rota y a una atmósfera de tio-vivo decadente. Para despedirse y oxigenar el ambiente, O E tocaron el Yer Blues que John Lennon incluyó en el Album Blanco de The Beatles y que se tradujo en una de las mayores ovaciones de la noche.

El concierto transcurrió sin incidentes, a buena altura interpretativa y con una respuesta del público que fue casi lo mejor de la noche. Los músicos estuvieron relajados y manteniendo en todo momento la concentración necesaria para este tipo de música. A destacar el trabajo con las baquetas de Txema Fernández, que comenzó su colaboración con el grupo con cierta timidez derivada de su inexperiencia en este tipo de música, y en pocos meses ha demostrado ser el baterista idóneo para cualquier grupo de R.I.O., en una línea que aúna la creatividad de Cutler o Denis con un potente fraseo rítmico devenido del gran conocimiento que posee sobre estilos baterísticos más asociados con otras músicas, como los de Bonham o Cobham.

El resto del equipo es ya conocido por el público que sigue las evoluciones progresivas de la noche madrileña: Amanda Pazos al bajo, Víctor Rodríguez a los teclados y Ángel Ontalva a la guitarra han tocado intensivamente a lo largo de los últimos años con diferentes proyectos, de los cuales el más conocido probablemente sea TRANSARABIAN CONNECTION. De la calidad interpretativa de Amanda no hay nada que añadir a lo que ya saben los aficionados: capaz de tocar las más intrincadas líneas con un sonido profundo y poderoso sin perder la capacidad de disfrutar del concierto como demuestra su hipnótica danza en el centro del escenario (¡a veces en 13/8 o 21/16! Para los que insisten en que esta música no es bailable). Víctor Rodríguez, impasible el ademán, hizo un extraordinario trabajo sonoro, extrayendo cuerdas, mellotrones, moogs, secuencias ruidistas o pianos de todo tipo de su Yamaha Motif. Su trabajo fue el cemento sobre el que se sostuvo la banda, interpretando sin pestañear complejas partituras con un extraño virtuosismo. Ángel Ontalva lleva el peso melódico y solista de la banda con el estilo que le caracteriza, preciso e imaginativo, alternando ráfagas de metronómicas en semicorcheas con furiosos solos eléctricos o evocativos pasajes sintetizados, conduciendo el magma sonoro del grupo por tortuosos caminos, explorando constantemente los rincones más ocultos de las partituras del grupo y extrayendo matices siempre inesperados a su instrumento. En esta ocasión añadió a sus conocidos talentos el de convincente vocalista en la espeluznante versión del blues de Lennon que el grupo regaló a la audiencia para finalizar el concierto.

Superando los escollos de siempre, la noche se convirtió en una velada fantástica, con una afluencia de público razonable y una interacción entre emisor-receptor que hizo de la presentación de O E un evento a repetir en breve.

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OCTOBER EQUUS
en la sala SIT
(c/Vallehermoso, 41)
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CRUZIAL, Colectivo Musical Independiente
 
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