"Cuando toco la guitarra mi alma es española"
(Steve Hackett en Clamores)
     
     
Jueves, 21 Abril 2005
     
Sala CLAMORES JAZZ - 22:30 h
     
Entrada 35 €
       
      John HACKETT - Flautas
Roger KING - Teclado
Steve HACKETT - Guitarras
     
      Organiza CALVANO PRODUCCIONES
 
por.... F R A N C I S C O.... L Ó P E Z
A B R I L ...0 5
 
 

Era la primera vez que venía a España -al menos con su propio nombre- y sólo por eso su visita ya suponía todo un acontecimiento, viniese como viniese, es decir, en acústico, en eléctrico, desenchufado, a capela o, simplemente, de vacaciones. Es cierto que a nosotros nos hubiese gustado que, con el repertorio y las tablas que tiene, y sabiendo lo que es capaz de hacer en directo, esta primera vez hubiese sido, digamos, "al completo", con superbanda tras el genial intérprete, y conciertazo a lo grande. Pero bueno, somos conscientes -también lo es Hackett- de los tiempos musicales que nos ha tocado vivir, y por ello nos alegramos de que, aunque en formato acústico, íbamos a poder disfrutar del buen hacer del maestro de la guitarra y los sentimientos. Así pues, nos pusimos el "chip" de los acústicos y nos encaminamos hacia la sala CLAMORES dispuestos a disfrutar de lo que de bueno tienen este tipo de conciertos.

El ambiente era inmejorable. Multitud de gente -entre ellos muchos conocidos del habitual círculo progresivo- esperaba ordenadamente en la calle a que se abrieran las puertas, y por la longitud de la aglomeración, se prometía lleno absoluto, a pesar de los precios (35 € es mucho incluso para Steve Hackett). No obstante hay que considerar ese importe como un mal menor, pues CLAMORES es, para los que no lo conozcáis, un agradable club de jazz, pequeño, de aforo limitado -no mas de 400 personas, apretadas- y de alguna forma tiene el organizador que cubrir unos gastos que no creo que fuesen baratos.


Aspecto de la sala minutos antes del comienzo

Lo que íbamos a ver a partir de las 22:00 era un acústico en formación de trío -guitarra, flauta y teclados-, formato más que interesante para un concierto de estas características, pues no se queda en la Simple Guitarra -dicho esto con mayúsculas- sino que se enriquece con el fascinante sonido de la flauta, y se adorna con la ambientación y la emoción de unos buenos teclados. Pero lo que empezamos a ver a partir de las 22:30 -media hora de cortesía elegante no está mal- fue a un señor Hackett solo, sonriente y comunicativo, que nos anunciaba una primera parte de pura y dura guitarra, tanto acústica como española, protagonizada por su inmensa presencia. Ahí ya pudimos calibrar la pureza del buen sonido que nos acompañaría durante toda la velada. Y lo que es mejor, pudimos disfrutar de un guitarrista único, que lo mismo acaricia la guitarra con sus dedos largos y enjutos, como te cuenta un chascarrillo en español leído de una libretilla de todo a 100, mezclado con su inglés pausado y con su portugués heredado -"mia mullher é brasileira", nos contó-. Durante la media hora escasa que duró esta introducción, el señor Hackett, permanentemente sentado, interpretó algunos temas -2 ó 3- de su nuevo trabajo Metamorpheus, junto con algunos temas clásicos -cuyos nombres, por ignorancia, no os puedo detallar- Y entre tema y tema, con una amplia sonrisa, y quitándose y poniéndose sus enormes y sempiternas gafas semioscuras, nos leía de una libreta de muelles que cogía del suelo los comentarios en spanglish que acompañaban a cada canción. Una de las cosas que hacen únicos este tipo de conciertos es esa proximidad con el músico, esa intimidad, ese escuchar hasta el resbalar del dedo sobre la cuerda. Y en esta primera parte esas sensaciones se alcanzaron en grado superlativo. Tanta exquisitez se resume a la perfección con una frase que arrancó, por supuesto, los encendidos aplausos del respetable: "Yo no hablo mucho español .... no tengo palabras... cuando toco la guitarra mi alma es española".

Pulsa sobre la foto para ampliar
Sentido y sensibilidad acariciando la guitarra

Llegados a este punto, un intermedio de 20 minutos -visite nuestro bar- y vuelta a empezar. Ahora sí, a las 23:15 en punto apareció de nuevo Steve solo, pero para anunciar la inminente aparición de "sus amigos", dijo, que no eran otros que su hermano John Hackett, cuya flauta está inexcusablemente ligada al típico sonido Hackett, y Roger King, un habilidoso teclista que, tras saludar, se colocó delante de un discreto teclado. Los tres iban vestidos de sobrio y elegante color negro, y de esta guisa firmaron una sobria y elegante segunda parte que se prolongó hasta, exactamente, las 24:15. Sobria, por lo escasa pero impecable. Y elegante, por la limpieza del sonido, por el cuidado del repertorio, y por lo, insistimos, impecable de las interpretaciones.

Y es que la flauta del orondo y sonriente hermano de Hackett suena como el canto perfecto de un pájaro. Y los teclados del señor Rey, Mr King, de facciones marcadas y sonrisa traviesa, crean, también con perfección, la tensión necesaria aquí, o acompañan acá, o protagonizan allá, con sutileza, algún breve pasaje. Y todo esto con una suave guitarra de fondo, acariciada con maestría, con una técnica muy personal -dato para expertos: Steve no utiliza puas de ningún tipo, tan sólo sus cuidadas uñas- quizás no muy espectacular -como confiesa el propio Hackett- pero desde luego única: el sonido de Hackett es inconfundible. Bastan unos leves acordes para saber que es él y no otro quien toca.

Pulsa sobre la foto para ampliar
La amplia sonrisa no desapareció en toda la noche

Comenzaron con un tema delicado y elegante, "Jacuzzi", para pasar al momento que contenía en su interior el primer guiño a Genesis, un instante apenas de la introducción del clásico "Firth on Fifth" que, aunque aplaudiddo, supo a poco. De ahí se pasó a lo que anunciaron como una improvisación, un interesante tema en el que John sacó una nueva flauta "más grande, más profunda" decía Steve en tono claramente jocoso, picante incluso, para hacernos un "a capella" tremendo, muy bien acompañado por la espacial atmósfera que introdujo Roger con el teclado. Después un tema del Spectral Morning -"La casa de la luna de té"- para enlazar con más guiños, una especie de mezcla en la que aparecían temas del trabajo de Hackett "Voyage to the Accolite", junto con los clásicos de Genesis, "After the ordeal" -Selling England by the pound- y "Hairless Heart" -The Lamb- canciones particularmente crudas, muy adecuadas para mostrarse totalmente desnudas. Acabábamos de vivir uno de los momentos más vibrantes de la noche.

A continuación Hackett cedió el protagonismo. Un solo de teclado, intenso pero demasiado breve, con cierto regusto a jazz clásico, del sentido y profundo, dio paso a un tema, "Jazz on summer's night", escrito por John Hackett, y publicado en su trabajo en solitario. La deliciosa "Kim", tema que Steve dedicó a su, suponemos, deliciosa mujer, nos acercaba inexorablemente al final., que fue encarado con 3 temas breves del admirado Eric Satie, que tanto inspira la discografía del maestro, para culminar con "The Journey" y "Ace of Wands". Eran las 00:15 en punto, hora de abandonar el escenario, para regresar sin hacerse mucho de rogar respondiendo al calor del público, que, extasiado, no dudó ni un segundo en ponerse en pie para ovacionar calurosamente a los 3 músicos. En seguida empezaron con los bises y todo se desarrollo con la rapidez y la suavidad de quien se desliza por un tobogán recién comprado. Interpretaron dos temas, el primero extraído de uno de sus últimos trabajos, "Dark Town", y el último, un clásico, "Gnosienne nº 1" -Satie una vez más-, un final bonito y sentido. Muy adecuado. Este final "tranquilo, misterioso y algo sexie", como dijo el propio Hackett, dejó un inmejorable sabor de boca. Pero el total de los bises sumó apenas 10 minutos, y tras un breve saludo y el consabido "gracias, sois muy simpáticos" salieron del escenario como con cierta prisa, llevándose ellos mismos sus instrumentos (las flautas, y las guitarras, claro, que el teclado es algo más pesado).

Pulsa sobre la foto para ampliar
Los dos hermanos perfectamente conjuntados

A pesar de esta última impresión de vamos_a_acabar_ya (una simple impresión anecdótica, sin más trascendencia), la hora y media de espectáculo nos dejó muy apaciguados, conscientes de que habíamos estado ante un grande de la música. El público, experto -para pagar 35 € hay que ser muy experto- parecía satisfecho, y los corrillos posteriores así lo confirmaban. Pero yo no podía quitarme una sensación del cuerpo: Sí, todo muy bonito, muy entrañable, muy cálido. Sí, la música muy cercana, desnuda, en estado puro. Sí, paz, amor, buen feeling, pero .... ¿hay alguien más?.

Bromas aparte, a lo que nos referimos es a que las ganas que teníamos de ver a Hackett con su banda eléctrica al completo se han multiplicado por tres tras este concierto. El "buen rollito acústico" está muy bien, la verdad, pero no es más que un simple aperitivo que mitiga el hambre pero no sacia nuestra voracidad, ávidos como estamos de más tensión musical. Esperemos que Billy Budis, el manager de Hackett, haya tomado buena nota y que pronto se decidan a repetir en plan primero, segundo y postre. Mientras esperamos, agradecemos a la organización -Gracias David, por el exquisito trato que nos dispensaste- que se lanzase a la piscina y nos adelantase parte del menú.


Y allá va la despedida

Lee la entrevista con STEVE HACKETT TRIO el día anterior a este concierto (20-4-05)

 
Volver a inicio de página
 
© Copyright LOS RECUERDOS DEL UNICORNIO - Abril 2005
 
Selecciona un nuevo concierto